miércoles, 22 de agosto de 2012

La historia de @: un símbolo antiguo que se convirtió en ícono de la era moderna



Aún recuerdo que en mi infancia, la arroba “@” era un símbolo que no tenía mucho significado para mí, ni para muchos en realidad, ya que la comunicación electrónica estaba apenas a punto de estallar. Actualmente, el símbolo @ es ícono de toda una generación que vio la revolución en la forma en la que nos comunicamos como humanidad. Desde el correo electrónico hasta los usuarios en Twitter, @ es un caracter sin el cual no nos podemos imaginar la red.
Este símbolo destaca por ser el más fluído y armónico de nuestro teclado, pues rompe con la estructura tipográfica de molde con la que se basa nuestra escritura electrónica, pero, ¿conoces el origen y significado de la arroba? Aquí te lo contamos.
Una teoría apunta a que los antiguos monjes medievales estuvieron buscando formas de acortar términos al momento de copiar manuscritos, y así fue como se pudo haber convertido la palabra en latín ad– en una a con un trazo extra en forma de cola para dar a entender que ahí había una letra d y con ello @ tenía un nuevo significado.
Otra teoría dice que pudo haber venido de la palabra francesa –à– que quiere decir “en” –”at” en inglés y hasta ahora el término más usado para este símbolo– y que los escritores en búsqueda de mayor eficiencia juntaron el trazo del acento grave con la a y es lo que dio origen a este peculiar trazo.
El primer documento registrado en el que se utiliza una @ data de 1536, en una carta escrita por Francesco Lapi, un mercader de Florencia que utilizó @ como símbolo que denotaba las unidades de vino transportadas, conocidas como Amphorae (ánfora o vasija). Luego el símbolo se convirtió en un elemento clave en el comercio. Los comerciantes utilizaron @ para darle el significado: “a un precio de”, por poner un ejemplo: “12 manzanas @ $1″, dando un total de $12 y asignando @ como prefijo para informar sobre el precio unitario.
Tiempo después llegó la era de las máquinas y la imprenta, pero @ no podía encontrar su lugar dentro de los teclados; las primeras máquinas de escribir, utilizadas durante los años 1800s no consideraron @, y lo mismos sucedió con los sistemas de tabulación para el censo estadounidense de 1890, mismos sistemas que fueron precursores de la programación y métodos de entrada de cómputo.
Pero todo cambió en 1971, cuando Ray Tomlinson, un dedicado de las ciencias computacionales se encontró con un un problema, ya que no sabía cómo lograr que las personas se conectaran entre sí a través de sus computadoras programadas. En ese entonces cada programador se enlazaba a una computadora directamente a través de una linea telefónica y una máquina de teletipos, algo así como una conexión a una impresora con teclado. Luego se buscó una solución a este problema y fue así como el gobierno estadounidense contrató a BBN Technologies para encontrar una alternativa.
Tomlinson era parte de BBN Technologies y trabajó en el apoyo para el desarrollo de Arpanet, ¡sí!, la red precursora de lo que conocemos ahora como Internet. La misión de Tomlinson fue descifrar la forma de direccionar un mensaje creado por una persona para enviarlo a otra a través de Arpanet. Así se pensó que la dirección tenía que ser única e individual, así como el nombre de la computadora, misma que podría tener diferentes usuarios, por lo que era necesario enlazar ambas direcciones con un símbolo que no fuera utilizado en los programas informáticos para evitar confusiones entre la red.
Así fue como Tomlinson se fijó en la arroba, el símbolo @ se encontraba justo sobre la P en su teletipo Modelo 33.
Estaba buscando un símbolo que no fuera muy utilizado…
…No había muchas opciones –un signo de exclamación o una coma. Pude haber utilizado un símbolo así, pero eso no hubiera tenido mucho sentido.
Y entonces Tomlinson lo intentó e interpuso @ entre las dos direcciones para enviarse a sí mismo un e-mail, que se enlazó de un teletipo a otro dentro de su lugar de trabajo a través Arpanet. Se había enviado el primer correo electrónico y @ tenía un nuevo significado, mismo que sigue vigente hasta nuestros días.
De esta forma, un símbolo antiguo que parecía destinado al olvido se convirtió en un ícono de la era moderna e incluso ha sido inducido a la colección permanente del Museo de Arte Moderno MoMA.
Increíble historia, ¿no lo crees?
Enlaces: Smithsonian Mag | MoMA

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