
Steve Jobs presenta su iPad el 27 de enero de 2010.
Porque en 2002, cuando el iPad era probablemente un sueño en la mente del difunto Steve Jobs, una compañía china, Proview Technology, registró la marca comercial “IPAD”. Por aquel entonces, a los dirigentes de esta compañía china no podía pasárseles por la cabeza que la marca que registraban para su uso comercial acabaría siendo el nombre de los dispositivos tablets de una empresa norteamericana de ordenadores.
Graham Robinson, “espía” al servicio de Apple
A quien hay que agradecerle que el iPad se llame iPad es a Grahan Robinson, un experto británico en propiedad intelectual. Tal si como una historia de espionaje se tratara, a Graham Robinson, a punto de salir el primer iPad, se le encargó la tarea de apropiarse de la marca comercial iPad actuando como un agente especial y con carta blanca, mediante una operación en la que engañó a Proview Technology hasta conseguir que vendiese a Apple el nombre de iPad, justo a tiempo para la presentación de un dispositivo que habría de haberse llamado de otra manera si Graham Robinson no hubiese cumplido con sus objetivos.La clave probablemente fue la siguiente: Proview Technology no le vendió directamente el nombre de iPad a Apple. Robinson, que actuó, como decimos, con auténtica carta blanca en China, ideó una sofisticada estratagema: utilizó un nombre falso, el de Jonathan Hargreaves, y una empresa falsa a la que supuestamente representaba, llamada “IP Application Development Limited”. Las siglas de esta empresa inventada son, efectivamente, IPAD, y por ello Graham Robinson negoció duramente con Proview Technology la compra de la marca comercial, pues respondía a las siglas de su supuesta empresa. Durante las reuniones, Robinson no desveló en ningún momento las actividades a las que se dedicaba la compañía, aludiendo a que no podía desvelarse ya que no eran de dominio público.
La venta de la marca IPAD
Estas negociaciones se llevaron a cabo además a unas semanas de la presentación del iPad, por lo que su actividad en el país oriental era de auténtico contrarreloj. Finalmente, Proview probablemente imaginó que “IP Application Development Limited” era una empresa internacional importante (por lo de la ocultación de sus actividades), y de ahí que accediese a la venta de la marca iPad el 23 de diciembre de 2009, tras el pago de Jonathan Hargreaves (un Graham Robinson que actuó como un auténtico espía al servicio de Apple), por la irrisoria suma de 55.000 dólares. A continuación podemos ver el documento donde la República de China autoriza la venta de la marca comercial:
El documento de venta de la marca "IPAD" a la empresa "IP Application Development Limited", creada para tal fin. Tiene fecha del 23 de diciembre de 2009, un mes antes de la presentación del dispositivo de Apple.
El litigio Proview – Apple

El iPad tiene en china una cuota en el mercado de las tablets del 76%, a pesar de la cantidad de estos dispositivos que fabrica y comercializa el país

La batalla por la comercialización del iPad en China aún sigue librándose. En la foto, Ma Dongxiao, el abogado de Proview Technology, a la salida de los tribunales tras un juicio contra Apple
Fuentes | Business Insider, Cuhea, Informativos Telecinco
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